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Matrix Es Posible


Parece ser que la hipótesis de que nuestro mundo sea una mera simulación no es sólo cosa de frikis y mentes conspiranoicas. Navegando por ahí, me he encontrado este post en el que se explica, sin profundizar demasiado, esta posibilidad. Lo interesante es que no lo dice Manolo «El del Bombo», con todos mis respetos, sino alguien a quien le pagan por pensar en un sitio de «cierto prestigio»…

Con el fin de agitar las mentes inquietas, lo copio y lo pego:

Máquinas de soñar

El mundo es una gran simulación. Rodeadas de estímulos sensoriales, lo que nuestras mentes interpretan como real no es más que una hábil reconstrucción de nuestras neuronas. «Somos máquinas de soñar —explica el profesor Rodolfo Llinás— máquinas de soñar que construyen modelos virtuales del mundo real».

El científico colombiano, uno de las voces más prestigiosas en el campo de la neurociencia, ha llegado a la conclusión de que el cerebro es un sistema cerrado y autónomo, capaz de trabajar al margen de los cinco sentidos. «Lo que hay afuera no es necesaria y únicamente lo que los seres humanos vemos» —explica. «En realidad, afuera hay todo un caos lleno de cosas que nuestro cerebro no percibe porque no tiene necesidad de hacerlo para sobrevivir: ondas sonoras, electromagnéticas, átomos, partículas de aire, etc.»

De esta forma, en palabras del científico, la realidad externa no sería siquiera remotamente parecida a la percibida por otros seres vivos, como un perro o una mosca, y aquello que nosotros definimos como “real” no sería más que una especie de “alucinación colectiva estándar” en la que los humanos nos hemos puesto de acuerdo tras miles de años de evolución.

Fallos en Matrix

El “argumento de la simulación” ha vuelto recientemente a la actualidad a raíz de las declaraciones del filósofo de la Universidad de Oxford, Nick Bostrom, quien sostiene la existencia de una probabilidad significativa de que estemos viviendo en una realidad virtual simulada por un supercomputador. Lejos de la especulación pseudocientífica, las reflexiones de Bostrom están firmemente respaldadas por el trabajo de científicos como el astrofísico Martin Rees o el matemático John Barrow, quienes propusieron por primer vez la teoría de que formamos parte de un universo virtual construido por una civilización avanzada.

Por increíble que parezca, otros hallazgos científicos ponen sobre el tapete la inquietante posibilidad de que esa máquina, a la que podríamos denominar “Matrix”, presente fallos a medida que nos alejamos de nuestro planeta. En el año 1988, el astrónomo John Webb estudiaba quasares ubicados a 6 mil millones luz de distancia cuando descubrió que la velocidad de los espectros de la luz era ligeramente menor a lo esperado siguiendo las leyes de la relatividad de Einstein. Este hecho ha sido interpretado por algunos físicos como un resquicio que delataría el juego de simulación: a determinadas distancias, la realidad virtual simulada de nuestro universo dejaría de ser perfecta y se manifestaría por una variación de las constantes físicas.

Siguiendo esta hipótesis, de la misma forma que nosotros hemos sido capaces de recrear universos simulados a nivel computacional, una civilización tecnológicamente más madura que la nuestra podría ser capaz de construir computadoras lo suficientemente poderosas para ejecutar un número astronómico de mentes similares a las humanas.

Dicho extremo —como exponía brillantemente The New York Times— pondría fin a una cuestión teológica largamente debatida: ¿Por qué permite Dios la existencia de tanto “mal” en el mundo? Por la misma razón por la que existe la posibilidad de incluir variables como plagas o terremotos en los juegos de simulación como el World of Warcraft. La paz es demasiado aburrida para un supuesto “jugador”.

Hipótesis o realidad, lo cierto es que la multinacional Sony tiene registrada una patente para recrear mundos virtuales dentro del cerebro. La técnica, aún no desarrollada, se basaría en la estimulación de las neuronas asociadas a la percepción mediante pulsos de ultrasonido, de manera que la persona sería capaz de percibir como real algo que sólo estaría proyectado en su cerebro.

Y es ahí donde radica la inquietante conclusión expuesta al principio de este artículo por boca del profesor Llinás: estimuladas de la manera adecuada, nuestras neuronas no tendrían ninguna capacidad para distinguir entre una realidad hábilmente simulada y un universo real.

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  1. 28 agosto, 2007 a las 10:10

    Hombre, esto mas que ciencia se podria denominar como filosofia. Lo que si es cierto, que si se pudiera ‘demostrar’ de manera cientifica, se abriria una polemica mucho mayor en la que las religiones del mundo se esfumarian y ya no valdria aquello que decia Nietszche ‘Dios ha muerto’, habria que cambiarlo por un ‘Game Over’


    saludos

    cyfuss

  2. 29 agosto, 2007 a las 00:32

    Aupa Cyfuss!!!

    A mi lo que me ha llamado la atención es aquello de las «anomalías» que se dan en los límites del universo. ¿Acaso las teorías físicas que manejamos son falsas?. ¿Por qué se producen estas desviaciones?. Me recuerda a una escena de la película Nivel 13 en la que uno de los personajes descubre que está inmerso en una simulación y encuentra uno de los límites de su «universo»…

    Gracias por postear.

  3. 29 agosto, 2007 a las 10:47

    Hombre, puede ser cierto que las teorias fisicas que utilizamos sean falsas en otros puntos del universo. [empezamos con la filosofia ;-)], pero tendriamos que ver ¿Como son las condiciones que podemos encontrar en ese lugar?. Aqui, segun las fuerzas condicionantes funciona de una forma u otra.

    Verbigracia

    En calculos de fisica astronomica, a nivel de COU [soy de los de ‘antes’] no se tenian en cuenta la fuerza de atraccion de los demas planetas que rodeaban al del ejercicio. En este caso es igual, quizas estamos dando por sentado que habra la misma densidad planetaria en los confines, cuando quizas no los hay…

    Ya es como decia antes, filosofia.


    saludos
    cyfuss

    P.D.: Es un placer comentar 😉

  4. 29 agosto, 2007 a las 23:25

    Tienes razón en lo que dices, pero también es cierto que has reducido demasiado el problema: no es que no se hayan tenido en cuenta otras variables (en tu ejemplo otros planetas) sino que la teoría es incorrecta (sería como decir que la las leyes de Newton no son del todo exactas).

    De todas formas, ya metidos en filosofías, creo que fue Descartes el que en su Discurso del Método propone las cuatro reglas para llegar a la verdad. La primera era «…no tomar como verdadero más que aquello que realmente lo es, sin ápice de dudas…». También nos lanzó la pregunta de » …¿Quién , cuando está dormido, es capaz de distinguir la realidad del sueño?…», etc…
    Es curioso que esta pregunta también se la hace Morfeo a Neo en Matrix, je, je. Lo digo por aquellos que siguen pensando que se trata de una película basada en efectos especiales exclusivamente (ni voy a hacer mención del discursito del Arquitecto, para algunos una simple chapa de relleno, para otros como yo, el núcleo de la película…).

    Todos sabemos que hay más cosas en el mundo que aquellas que percibimos sensorialmente, por tanto, debemos tener siempre la mente abierta a todo tipo de hipótesis y no desecharlas/aceptarlas hasta que sepamos que realmente son verdad. Aún flipo cuando, con las primeras locomotoras, los científicos de la época decían que el cuerpo humano no soportaría velocidades superiores a los 80 Km/h…

    Un abrazo, Cyfuss

  1. 5 May, 2008 a las 20:20

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